Décima Víctima

Cautivo y desarmado

En su celda no se siente enfermo.
Con la soledad se mantiene cuerdo.
Sin formulismos ni inquisidores
cuando olvidar es un esfuerzo.

Alta y fría surge la ventana,
ve filtrar la luz que permite el alba.
Vuelve el recuerdo del horizonte
y ahoga el grito con la almohada.

Con la calma del presentimiento
Sabe lo que harán en su fuero interno.
Sostiene el nombre de sus hazañas
y caen las horas de su infierno.

En memoria de José Brena